Primera misión encargada por los compañeros colombianos de Semillas de Agua que están trabajando en la formación para el uso del bambú: estudiar el potencial del bambú de la región.
Así que con la ficha que nos han mandado por e-mail nos diponemos a recorrer el valle buscando rodales de la preciada caña. El equipo está formado por los alumnos del Centro de Formación Profesional, tanto del curso de Técnico Agrícola como del de Construcción y los profesores responsables. En otra entrada explicaré mejor qué es el Centro de Formación Profesional, y también podeis echar un vistazo a la parte de "motivación".
Algunos con botas y machetes, otr@s con faldas y sandalias, nos adentramos en los arrozales, campos y bosques de Savannsal. Barro y agua, y verde y marrón, y azul y blanco del cielo, y un grupo de jóvenes animados por los sutiles senderos.
Llegamos al primel rodal de bambú. Y sin no poca descordinación y alboroto conseguimos descifrar las instrucciónes y medir el bambú, así como el número de cañas vivas, enfermas y muertas.
Bueno, ni és más que un puñado de cañas aisladas, y las varas no están demasiado saludables...
Pero ya está, ya sabemos como se hace, ahora sólo falta encontrar más bambú.
Un señor nos dice que tiene "un jardín de bambú" y que nos puede acompañar ¡Bien!
Caminamos y caminamos, y caminamos más, y cruzamos un río, y empezamos a subir la montaña, subir y subir entre los brotes incipientes de maíz y frijoles, el sol que bate en nuestras cabezas. Algunos ánimos empiezan a desfallecer... "esto no es lo que habíamos previsto, nadie habló de subir al monte" "ya es casi medio día y tengo hambre" " me duele una pierna"... y el bambú que no aparece.
Pero sí, ahí está, escondido en un pliegue de la montaña.
Hacemos todo el estudio, ahora con la velocidad que nos inducen el retumbar de los truenos en el cielo y el rugir de los estómagos.
¡Buen trabajo equipo!
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