En este blog encontrareis algunos pensamientos y experiencias de una cooperante en Karis, una pequeña comunidad del nordeste de Haiti con un gran sueño de futuro. Os invito a leer los apartados de "SKDK Y KARIS" y "MOTIVACIONES" para situaros en contexto.

martes, 16 de noviembre de 2010

frontera

El domingo pasé la frontera y ahora escribo desde Santo Domingo, capital de la República Dominicana.

Curiosamente, cruzar la frontera fue mucho más fácil de lo que esperaba, teniendo en cuenta la situación de alarma a causa de la epidemia de cólera.

Wanamet en Haití y Dajabón en República Dominicana se encuentran separados por el Río Masacre, que deve su nombre a una gran masacre de haitianos ordenada por un presidente dominicano en los años 30. Este mismo río se desbordó hace poco más de una semana por las lluvias del huracán Tomas, desamparando nombrosas famílias y llevándose alguna otra vida también.
Cruzando el Río Masacre se encuetra el puente que hace a la vez de unión y frontera entre Haití y República Dominicana.
Existe una especie de tratado por el que algunos días a la semana se permite el paso libre por ese puente, tanto a haitianos como dominicanos, para hacer los llamados mercados binacionales. En esos días el puente se convierte él mismo en el cauce de un río de personas y las más variadas mecancías, transportadas a cuestas, en carro o en carreta. La mayoría de los productos que se consumen en Haití son importados de esta forma.
A raíz de la alarma del cólera la República Dominicana empezó a restringir el paso por las fronteras. Primero dijeron que las cerraban, luego, frente a la fuerte presión, dijeron que las abrían. Yo no sabía qué me iba a encontrar. Sólo sabía que desde hace un par de semanas en el mercado de Karis casi no se encontraba nada para comprar, y los precios han subido considerablemente. La premsa decía que la frontera estaba abierta, pero las comerciantes, mujeres valientes que sin saber ni leer son capaces de cruzar fronteras y países para conseguir productos de primera necesidad que sin ellas no llegarían a las gentes haitianas, dicen que no se puede pasar al otro lado.
Con esas dudas y el temor a que me pusieran en cuarentena o me hicieran análisis de sangre (tengo pánico a las agujas!) me dirijí a la frontera. La puerta sobre el puente cerrada, sí, con soldados de la minustá y dominicanos frente a ella, y una larga fila de haitianos esperando bajo el sol de mediodía. Contraseña para pasar: tenen un pasaporte válido. La puerta se entreabre para dejarte pasar. Al otro lado, sólo tienes que lavarte las manos con jabón.
Es decir: pasaporte = no transmites el cólera!?

Río Masacre (la foto es del mes de julio cuando llegué, ahora está todo enlodado después del desbordamiento)

después de pasar la puerta en medio del puente...

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